La hidrometalurgia es un proceso esencial en la industria minera, diseñado para
optimizar la extracción de metales mediante operaciones en fase acuosa a bajas
temperaturas. Este método comienza con la preparación de los minerales, que
incluye la trituración y molienda para reducir el tamaño de las partículas y facilitar
la separación del mineral valioso de la ganga.
La extracción del metal se realiza a través de la lixiviación, donde se aplican
reactivos químicos para disolver el metal deseado. Dependiendo de la
composición mineral, la lixiviación puede ser ácida, básica o neutra.
Posteriormente, se lleva a cabo la purificación de la solución obtenida para
eliminar impurezas, utilizando métodos como la precipitación química y la
cementación. Finalmente, el metal se recupera mediante técnicas como la
electrólisis y la precipitación, obteniendo así el metal en su forma elemental o
compuesta.
Un ejemplo destacado de este proceso es la extracción de cobre de minerales
oxidados. El proceso comienza con la trituración y molienda de los minerales,
seguido de la lixiviación con ácido sulfúrico. El cobre se disuelve formando sulfato
de cobre, el cual se purifica y finalmente se precipita mediante electrólisis.
Recientemente, se ha incrementado el conocimiento sobre la disolución de la
calcopirita en diferentes medios lixiviantes. Innovadoras formas de proveer
oxígeno a la solución de riego están abriendo nuevas aplicaciones, como la
lixiviación de ripios de cobre antiguos, botaderos de estéril, concentrados sucios y
escoria. Esta tendencia está propiciando una rápida integración entre plantas
concentradoras e hidrometalúrgicas, fortaleciendo el negocio minero.
Este enfoque no solo mejora la eficiencia en la extracción de metales, sino que
también minimiza el impacto ambiental, marcando un avance significativo hacia
prácticas mineras más responsables.
Dr. Jorge Ipinza
Gerente de Innovación y Nuevas Tecnologías.