La presencia de arcillas es uno de los mayores desafíos en la flotación de minerales finos. Estas partículas ultrafinas, como la montmorillonita o caolinita, generan alta viscosidad, afectan la formación de espuma y reducen la interacción entre burbujas y minerales valiosos, impactando negativamente la recuperación.
Técnicas de mitigación incluyen separación previa con ciclones, sedimentadores y el uso de dispersantes orgánicos. El éxito del tratamiento depende de factores como la mineralogía del depósito, el tamaño de partícula y la proporción de sólidos en la pulpa.
Ensayos a escala piloto han demostrado que la eliminación de arcillas puede aumentar la recuperación metalúrgica entre 8 % y 15 %, además de reducir el consumo de reactivos hasta un 20 %. Esto se traduce en una mejora significativa en eficiencia operativa y costos.
La fase de pilotaje permite validar qué combinación de técnicas funciona mejor para cada tipo de mineral. Este paso es fundamental antes de su implementación industrial, y contribuye a estabilizar el sistema y mejorar el rendimiento global de flotación.