La capacitación técnica en minería enfrenta desafíos múltiples: ambientes peligrosos, alto costo logístico, riesgo en operaciones reales, y limitaciones en el acceso a equipo para entrenamiento. En este contexto, las tecnologías inmersivas como la Realidad Virtual (VR) y la Realidad Aumentada (AR) son herramientas cada vez más relevantes para formar al personal de forma segura, eficiente y efectiva.
La VR permite recrear entornos operativos complejos en faena—como maquinaria pesada, túneles o áreas de procesamiento—en un entorno controlado y seguro. Por ejemplo, los trabajadores pueden practicar la operación de chancadores, respuestas ante fallos o procedimientos de evacuación con cascos y controles simulados. Esta experiencia inmersiva mejora la retención del aprendizaje y permite ensayar sin dañar equipos o exponerse a riesgos
Por su parte, la AR superpone guías, alertas o diagramas sobre el entorno real o simulado, brindando apoyo en tiempo real durante actividades de mantenimiento o inspección. Esto fortalece la correcta ejecución de tareas técnicas y mejora la eficiencia operativa.
Además, según el portal CAMIPERD (junio de 2025), esta integración no es una moda, sino una respuesta a la minería moderna, más humana y sostenible: al facilitar la adopción de tecnologías accesibles—como VR/AR—se reducen accidentes, se promueve la productividad, y se cimenta una cultura de innovación en la industria
Empresas mineras globales también han promovido estas herramientas como parte de sus marcos de formación segura. Por ejemplo, Anglo American, Glencore y Río Tinto invirtieron en capacitación basada en AR dentro de su iniciativa “Future Smart Mining”, desarrollando plataformas de aprendizaje inmersivas y experiencias de entrenamiento en terreno, especialmente en contextos complejos
En resumen, VR y AR transforman la formación técnica minera al ofrecer entornos seguros, interactivos y contextualizados, que elevan la retención del conocimiento, reducen costos y fomentan una operación más preparada y moderna.
