La mejora de la eficiencia energética en plantas concentradoras es fundamental para reducir tanto los costos operativos como el impacto ambiental. En el proceso de molienda (AG/SAG), la introducción de sensores inteligentes y sistemas de control adaptativos permite ajustar parámetros operativos como velocidad del molino, flujo de recirculación y granulometría de manera automática. Así, se asegura un uso óptimo de la energía frente a variaciones en la alimentación.
Los equipos auxiliares como clasificadores, bombas y agitadores también representan un consumo significativo. Sustituir bombas convencionales por versiones con alta eficiencia (IE4/IE5) y dotarlas de variadores de frecuencia (VFD) mejora sustancialmente el rendimiento energético. Además, incorporar recuperadores de calor o baterías térmicas permite reutilizar el calor residual para procesos secundarios, disminuyendo la demanda adicional.
La integración de inteligencia artificial y machine learning en sistemas de supervisión ofrece diagnósticos avanzados del consumo energético. Estos sistemas detectan patrones de consumo anómalos y ajustan automáticamente los flujos de líquidos y sólidos para mantener la eficiencia operativa.
Otro pilar clave es la realización de auditorías energéticas periódicas, combinadas con pilotajes experimentales en sección de la planta. Estas auditorías incluyen termografías, curvas de eficiencia y análisis electromecánicos detallados, generando una hoja de ruta con medidas específicas de mejora. Una vez validadas en piloto, estas soluciones pueden escalarse a toda la planta concentradora para generar ahorros reales y comprobables.